Maise Márquez es elegante en su baile, es sutil; y es flamenca por los cuatro costados. Igual te deleita con un giro suave, medido y contenido que se desborda con un enérgico taconeo mientras su mirada se clava en un infinito cercano. Su fuerza es comparable a su delicadeza, pasando de una a otra con una facilidad envidiable. En su baile nada es accesorio, nada gratuito; y es todo pasión. El baile por taranto fue extraordinario, conmovedor, negro; y por alegrías compensó la pena del anterior con un aroma como a limón y una sonrisa que te hacía cómplice de su disfrute. Simplemente genial. Completaron el espectáculo unos muy buenos cantes por malagueñas y soleá por bulerías de Cristina Tovar con la guitara de Óscar Gallardo, quien se atrevió con unos toques en la sonanta por bulerías y guajiras de muy buena cosecha; es un gran guitarrista. El baile de Maise atrajo a importantes artistas de la región y algunos de fuera que no quisieron perderse el espectáculo, subiendo en la consabida fiesta por bulerías al tablao, para darse una pataíta. Nos quedamos con ganas de más ¿verdad?
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