Juan Fariña siente el cante, se nota nada más entrar en faena, pero además imprime su personalidad en todo lo que hace, y eso nos gusta. En el flamenco se puede recrear a los grandes maestros: Caracol, Marchena, Chacón, La Niña de los Peines, etc. pero nunca llegaremos lejos si no imprimimos nuestro sello personal, si no hacemos el cante nuestro y ponemos de nuestra parte, y esto es lo que hace Fariña. Además conoce bien el cante de los antiguos maestros.
Con el aforo casi lleno comenzó el de Huelva su recital con un toque por zambra donde Caracol, una de sus influencias, fue mecido por su melodiosa y personal voz. Malagueña que llaman de Gayarrito vía Manuel Torres fue su segundo cante, que nos llevó a la imponente Malagueña de El Mellizo y cierre por abandolaos con rondeñas y fandangos de Vallejo y Cepero. Su pasado torero se torna en homenaje por Bulerías. Se atreve luego con el cante de la Caña y Polo. Cantiñas y alegrías de Cádiz rematadas por bulerías. Tanda de Soleares con final del pilarico. Final por Fandangos con remate por Huelva y cierre en pie por fin de fiesta en una noche mágica donde brillaron mucho las guitarras de Antonio Muñoz y Borja Barón. A las palmas estuvieron Agustín Garnés y José Fernández haciendo le compás como se debe, sin tapar el cante y dando color. El público aplaudió en pie con generosidad a los artistas, no era para menos la cosa.
Guillermo Castro