sábado, 28 de marzo de 2015

El cante se hace llanto con Antonio Mejías

La noche del Viernes de Dolores del 27 de marzo pasará a la historia de nuestra peña como una de las más emotivas e importantes. Con algo más de medio aforo en La Puerta Falsa, el ambiente íntimo y cálido de la sala propició el milagro del duende  flamenco. Antonio Mejías (Montilla, Córdoba, 1979) se entrega con pasión al oficio del cante y lo hace fenomenal. Tiene un dominio de la voz realmente extraordinario; es capaz de entonar los tonos bajos y de subir a los tonos altos de forma envidiable, matizar con mayor o menor intensidad sin perder la afinación, romper la voz cuando quiere, o rozarla si es preciso de forma sutil, dando color a su timbre de voz. Si a eso unimos su amplio conocimiento del cante flamenco y algo de aporte personal, tenemos todo lo que se puede pedir a un artista en el escenario. Eso es lo que vimos ayer. 

Se templó al comienzo por guajiras, con bellos melismas y jugueteo con el compás. Paso a soleares de Córdoba, que enriqueció con gran gusto. Por cantiñas se acordó de Córdoba, con tonos y letras alusivas a su provincia y a sus artistas más señeros. Malagueña de Chacón y remate por fandangos de Lucena y rondeña levantó a más de uno de la silla. Unos tanguillos frenéticos llevaron a un público totalmente entregado a Cádiz. Se acordó de esta tierra con minera, cartagenera grande y taranto fosforero, muy aplaudido y cantando sin micro ya de pie. Por seguiriyas demostró su capacidad expresiva y dramatismo, con un gran manejo del vibrato en la voz; gran ovación en su cierre con el conocido estilo de Manuel Molina. Ya de pie y sin micro hizo una tanda de fandangos y cerró por bulerías donde Óscar Gallardo en la guitarra brilló en sus falsetas y dominio del compás; gran noche también la del guitarrista, hay que decirlo, con un toque limpio y preciso, una delicia. 

Aplaudió mucho, muchísimo, el respetable, que no quería que  la noche acabara y que arrancó un cante más de cierre por fandangos. Noche inolvidable, ¿se la ha perdido alguien?...


Guillermo Castro

domingo, 15 de marzo de 2015

Un torbellino


Murcia flamenca se llenó de rabia contenida, expectación y alegría la noche del sábado en un espectáculo que tuvo un antes y un después debido a los problemas técnicos y el retraso en el comienzo de la gala; pero todo mereció la pena. El baile de Rocío Garrido no es de medias tintas: lo da todo en el escenario; es de alabar la pasión que pone en cada giro, taconeo, chasquido de sus dedos; su mirada, que te atraviesa, su cuerpo menudo que se retuerce, rompe y descompone, para volver de nuevo a empezar en nuevas mudanzas y pasos, ora contenidos, ora espontáneos.  

Comenzó la gala con el cante de Anabel Castillo y la guitarra de Francis Hernández, por Tientos-Tangos, con un largo surtido de estilos para todos los gustos, muestra del buen saber y la cultura flamenca de la cantaora y el guitarrista. Pasamos al baile del Taranto, en el que Rocío no pudo brillar como ella hubiese querido y como nosotros sabemos, pues ruidos ajenos a la música formaban un molesto acople a cada taconeo de su baile, lo que causó gran molestia e incomodidad, teniendo que prescindir de algunas de las partes de su baile. Por peteneras suavizó Anabel la salida rabiosa de la bailaora, con diversos estilos entre los que pudimos escuchar el de “La Rubia” y un final por malagueñas a compás, como se hacían a finales del siglo XIX. Fandangos libres en varios estilos continuaron el recital, con un magnífico papel del guitarrista, quien nos obsequió con bonitas falsetas y trémolos.

Por cantiñas introdujo Anabel el siguiente baile de Rocío, quien se sacó la espina del baile anterior con gusto. Hay que mirarla bien sus vueltas y giros, de admirable precisión; sus escobillas, su rápido y bien marcado taconeo, su espalda, su cuerpo, sus brazos. Tuvo tiempo de recogerse el delantal y de recordarnos a Carmen Amaya con unos pitos marca de la casa. Por Bulerías pudimos escuchar de todo en la voz de Anabel, incluidos temas de Raphael o Alaska aflamencados, en una larga tanda que preparaba el final por fiesta al que se sumo de nuevo Rocío, feliz y suelta.

Magnífico recital y lleno en La Puerta Falsa, sala que nos acoge con paciencia a pesar de los odiosos retrasos, más habituales de lo que quisiera uno, ¡y mira que nos cuidamos de ello! Pero a veces es que no puede ser…

Guillermo Castro

martes, 10 de marzo de 2015

El baile de Rocío Garrido en Murcia Flamenca

La almeriense Rocío Garrido posee el Grado Superior de Coreografía e Interpretación del Baile Flamenco por el Conservatorio Superior de Danza de Málaga (2012). Desde el año 2009 ha estado formándose con la bailaora Susana Lupiáñez “La Lupi” y en la escuela flamenca de cante, toque y baile de Málaga, bajo la dirección de “La Lupi” y Curro de María en el toque y Virginia Gámez en el cante. También ha completado su formación con importantes maestros como Antonio Canales, Fuensanta “La Moneta”, Olga Pericet, Juan de Juan, Pastora Galván, Javier Latorre, Eva Yerbabuena, Antonio el Pipa, Jesús Carmona, Andrés Peña, Daniel Doña, Rubén Olmo y otros. Ha realizado actuaciones de flamenco y danza estilizada en diversos escenarios de la zona de Málaga, así como en peñas flamencas de Málaga, Almería, Granada y Jaén. En 2012 ha intervenido en el I festival de Flamenco y Trovo Ciudad de Vera y también en el XXXX Festival de Cante Grande “Ciudad de Vera”. En 2011 y 2012 forma parte de la compañía flamenca “La Lupi”, con la que ha viajado a Francia e Italia con la obra Carmen de Bizet y participa en el Primer Festival de Peñas Flamencas de Ámsterdam el 18 y 19 de Mayo de 2012. En agosto de 2013 participa en el festival Noches de luna y flamenco de San José (Almería) y el 21 de septiembre de 2013 estrena el espectáculo No es lo que soy, es lo que siento en el teatro Apolo de Almería. Ha sido finalista del Certamen Andaluz de Jóvenes Flamencos 2011 y Segundo premio en el Concurso de cante y baile celebrado en el Festival de Flamenco y Trovos Ciudad de Vera en 2012. Ha sido semifinalista en el Festival de La Unión el año 2015.

Rocío Garrido actuará para Murcia Flamenca en La Puerta Falsa el sábado 14 de marzo con el cante de Anabel Castillo y la guitarra de Francis Hernández a las 21.00 horas, puntuales. Calle San Martín de Porres 5, Murcia. Colaboración 8€, socios gratis.

domingo, 1 de marzo de 2015

Ritos y Geografía para Federico García Lorca por Rocío Márquez

El sábado 28 de febrero el Teatro Real de Madrid se llenó de flamenco, en una noche en que la celebración del Día de Andalucía tuvo con la figura de Federico García Lorca su particular homenaje en un teatro a rebosar. Rocío Márquez presenta un nuevo proyecto artístico que deja su anterior “El Niño” literalmente en pañales. Si algunos pensaban que su reciente disco (El Niño. Andando por los campos marcheneros, Universal 2014) supondría una anécdota en su carrera o un intento arrogante por haber querido acercarse al genio de Pepe Marchena desde dos frentes: la tradición y la renovación, se equivocan. Rocío va a más, y mucho nos tememos y, por ello nos alegramos, que seguirá esta senda. Poco tiempo ha pasado de su estreno en la Bienal de Sevilla (14 de septiembre), apenas 5 meses, y ya tiene listo su visión de Lorca, que supera el anterior.

Tradición y renovación esa es la clave del éxito flamenco. Rocío se ha rodeado de grandes músicos y artistas, algo imprescindible para que un proyecto ambicioso como este llegue a buen término. No se ha limitado a reinterpretar algunos de los clásicos cantados por La Argentinita con el piano de Federico; ni tampoco a presentar una lista de cantes flamencos al uso para el aficionado al cante. Lo ha integrado todo y lo ha mostrado al público en el mejor escenario posible El Real.


Abrió el espectáculo la guitarra del maestro Pepe Habichuela por milongas, donde los versos del primer libro poemario de Lorca fue acariciando nuestros oídos y relajando la tensión del auditorio, pasando a “En el Café de Chinitas”, donde el toque libre del maestro de Granada acompañó las melodías clásicas de la Argentinita, convirtiéndose poco a poco en cantes acompasados de malagueñas de Juan Breva y fandangos del Hierbabuena que levantaron las primeas ovaciones. Por cantiñas aborda la “Reyerta” del Romancero Gitano, cerrando esta sección del espectáculo en el primer espacio del escenario del Real, con las palmas de Los Mellis (Manuel y Antonio Montes Saavedra).

El zapateo de Leonor Leal por tanguillos hizo de interludio en el que será el tercer espacio del escenario, donde se encontraba el tablao y la guitarra de Miguel Ángel Cortés, sublime.


Cambiamos de espacio a la parte central, donde el piano de Daniel B. Marente, la percusión de Antonio Moreno y el saxofón de Juan M. Jiménez componen la instrumentación de la siguiente parte del espectáculo. Allí disfrutamos de tres números de las Canciones populares antiguas en forma de suite, la parte más interesante para nosotros; también la más arriesgada, donde formas menos convencionales dentro de la música flamenca hacen su aparición y se integran en un Lorca reinventado. “Nana de Sevilla” con incursiones en el cante de la petenera y acompañamiento percusivo en la marimba a modo de “palillos armónicos”; genial. “Anda, jaleo” con recuerdos al piano de El Jaleo de Jerez, Caballo del Contrabandista de Manuel García y el popular Vito, en una concepción artística “morentiana” en su espíritu expresivo y “marchenera” en el trabajo vocal de Rocío. Brillante. “Sones de Asturias” nos traerán cantos populares astures, mezclados con levantica flamenca y el genio de Albéniz en su famosa Asturias (Leyenda).

De nuevo el baile de Leonor Leal, en una composición por Alegrías del guitarrista Miguel Ángel Cortés, nos hará de interludio para la parte final del espectáculo, en la que se sumarán las palmas de los Mellis, la percusión flamenca de Agustín Diassera y el cante de Arcángel.


“Las morillas de Jaén” abren por soleá el último tramo, con remates apolaos, y bellas adaptaciones poéticas al cante flamenco tradicional. Por tangos, “Los pelegrinitos” sirven de excusa para la aparición del cantaor Arcángel, que ya enlaza con “Los cuatro muleros” adaptados por fandangos libres y luego por Huelva, con un impresionante y bello final polifónico a tres: Rocío, Arcángel y los Mellis. Cerró el espectáculo la “Canción muerta” adaptada a una de las habituales seguiriyas del repertorio de Rocío, con gran ovación y cierre de telón.



Este Lorca de Rocío supera anteriores trabajos suyos por su concepción artística, producción, madurez musical y resultado final. Pedro G. Romero aparece dentro del “aparato” del Proyecto Lorca como desapercibido; nada más lejos de la realidad, nos tememos. Es de alabar la calidad de sonido de los técnicos del Real, algo no muy frecuente en el flamenco y a lo que soy extremadamente sensible, tanto que puede hacer que me chirríen los oídos y que pierda el interés por la escucha. Deberían de tomar nota en otros escenarios. Los instrumentos tienen que sonar como son, y para eso un técnico tiene que conocer su sonido, y comprender que una guitarra es una guitarra y una voz una voz, lo demás es artificio.

A los artistas hay que dejarlos libres, que vuelen, para que su imaginación ponga en forma de arte las inquietudes que se mueven en su interior. Rocío Márquez no tiene miedo, y eso es bueno para el flamenco, pues solo así seguirán naciendo nuevos manantiales que alimenten el río del arte flamenco, siempre en devenir. Yo me subo al barco y que me lleve.

Guillermo Castro