Murcia Flamenca cierra la temporada de su peña hasta septiembre con un auténtico broche de oro. Ni el calor del pasado viernes ni la hora poco flamenca del recital supusieron un problema para el vendaval de David y Alfredo Lagos, dos artistas que derramaron arte flamenco del bueno en el Auditorio Puertas de Castilla de Murcia.
Comenzó David por caña con cierre apolao, pasando a los tientos, con un compás muy mecido, lejos de lo que habitualmente estamos acostumbrados a escuchar. El tira y afloja de la voz del cantaor marcaba a Alfredo los acentos donde apoyarse en la guitarra y seguir estirando los tiempos hasta el cierre por tangos. Dedicó la minera al público, en agradecimiento al premio recibido el pasado año en el Festival Internacional del Cante de las Minas de la Unión: la lámpara minera. Las campanelas de Alfredo Lagos en la guitarra introdujeron en el auditorio el clima necesario, la oscuridad de la mina y un olor a carburo que nos parecía percibir en sus cadencias. La voz de David puso el resto. Sin pasarse en los tercios, algo que agradecemos, desgranó una bonita y sentida minera que se llevó una gran ovación. Malagueña de Chacón, en uno de los estilos muy poco cultivados en la actualidad, la que se suele cantar con la letra “a qué tanto me consientes”, nos trajo los ecos del gran Don Antonio Chacón, quien tomaba cuerpo y vida en la voz de David. Muy bien cantada, con sus complejos intervalos melódicos y los tonos bajos, fue acompañada de forma magnífica por Alfredo, y rematada a compás por David de forma imponente, arrancando otra gran ovación del público. Soleares en varios estilos trajeron uno de los palos más representativos de Jerez, donde estos dos artistas brillan en su forma de entender el cante y el compás, sentando cátedra flamenca. El cante por seguiriyas trajo un silencio angustioso. David estuvo tremendo y Alfredo supo acompañar el cante de su hermano como si sus dos almas estuvieran unidas en cada tercio del cante. Por alegrías nos sacaron del drama, con un compás y gracia al estilo de Chano Lobato que puso a todo el patio de butacas a hacer compás, ¡qué arte! Cerraron por bulerías, como no podía ser de otra forma, con un compás en la guitarra de Alfredo envidiable, y un cante de David que nos dejó con ganas de mucho más. Melchora Ortega, la mujer de David, también cantaora, se hizo un bailecito en las bulerías, aportando el toque festero. Tuvieron que salir 3 veces, debido a los aplausos de un público entregado, despidiéndose con una pataíta y la mano en el corazón.
Toda una suerte haber podido disfrutar de estos dos magníficos artistas por tierras murcianas, algo que no es fácil de conseguir fuera de las fechas de los grandes eventos de verano y que Murcia Flamenca se encarga de proporcionar a sus socios y simpatizantes. A pesar de las dificultades que supone mantener una programación de calidad, la asociación sigue viento en popa, trabajando para que el flamenco en Murcia tenga poco a poco más cabida, y proporcionando a la ciudad un lugar donde poder disfrutar de un magnífico flamenco a precios muy asequibles. ¡Nos vemos en septiembre!
Guillermo Castro