La Asociación de Arte Flamenco de Murcia, Murcia Flamenca para los amigos, cierra de nuevo la programación flamenca de su temporada con un lámpara minera. Jeromo Segura (Huelva, 1979), lámpara de 2013, se encargó de poner el broche de oro a un año en el que ha brillado la calidad de todos los artistas que han visitado las tablas de esta peña.
Comenzó Jeromo por tangos, templándose despacito y desgranando muy diversos estilos con soltura y facilidad melódica, ayudado por el toque enérgico y de gran compás del joven de Mairena del Alcor Jesús Rodríguez Rojas. Por soleá se mueve muy libre el onubense, para a placer y recupera los tiempos del cante con gran gusto y maestría, se nota que le gusta este palo que mece y arrulla con gran dominio y sin despeinarse. Después de Triana pasó a Cádiz, con diversos cantes por alegrías y cantiñas; mirabrás y pregón incluido. Llega el turno de los cantes de la tierra y nos regala una murciana al estilo del Cojo de Málaga rematada con minera. De lo mejor de la noche. Jeromo se mueve como pez en el agua en estos cantes, donde literalmente parte los tonos y medios tonos con una facilidad y afinación envidiable. Nada fácil la murciana del Cojo, en la que tropiezan muchos y, qué decir de la minera, en la que es costumbre el pulmonazo de mal gusto en la subida del cuarto tercio, o alargar en demasía los tercios en un cante que se hace tedioso e interminable en gargantas con poco gusto, lo cual aburre. Jeromo no, Jeromo sabe. Y vino Machín, por bulerías, con el tradicional “Un compromiso”, muy aplaudido. Y también Valderrama, por Milonga, bordada en oro en la garganta de Jeromo, otro cante en el que las filigranas melódicas que le dan naturaleza son un juego de niños para el cantaor. Nueva ovación. Huelva por fandangos en diversos estilos y tonos no podían faltar esta noche, y un cierre por martinetes en pie, sin micro, mientras abandona el escenario y se pasea despidiéndose de la afición que se rindió a su cante, en otra magnífica noche donde el fútbol no pudo con nuestra peña y afición. Aunque algunos se lo perdieron, como siempre. Gustó mucho también el guitarrista Jesús Rodríguez, quien con tan solo 22 años muestra un gran conocimiento de la guitarra y lo que es más importante, de los cantes. Acompaña bien, tiene compás y sabe callar cuando hay que dejar espacio a la voz, sobre todo la de Jeromo, que no es de gritos ni de romper.
Nos vemos la temporada que viene, en septiembre, con una nueva programación que tenemos bastante definida ya http://murciaflamenca.blogspot.com.es/p/agenda.html y en la que habrá alguna que otra sorpresa de última hora. Prometemos no defraudar, aunque poca o ninguna ayuda institucional tenemos, como siempre, en una región, la nuestra, donde el flamenco sigue siendo un escaparate para vender turismo en verano, o para dejarse ver en los medios y darse autobombo. Una tierra de gran tradición flamenca, pero en la que no hay apoyo al flamenco de verdad, desde abajo. Seguimos sin local, con las pequeñas aportaciones de los socios; y con mucho, mucho trabajo e ilusión, marchamos a buen ritmo y con muy buen compás. Toro to trón. Buenas noches.
Guillermo Castro