Bien es sabido por los estudiosos del folclore que gran
parte del flamenco ha bebido de las fuentes de la música de tradición oral. El
musicólogo y folclorista Manuel García Matos ya lo constató en sus estudios,
aún desconocidos por muchos, mostrando las fuentes musicales que vinculaban lo
popular y lo flamenco. Desde nanas que recuerdan a soleares, hasta cantos de
labor que son tonás, y jotas que tornan en alegrías al toque de guitarra por
alegre. Por no hablar del amplio árbol de los fandangos y malagueñas.
Otro Manuel, Manuel
Luna, también gran experto en el campo del folclore, la antropología, y la
vez músico, se encargó el pasado viernes de dar buena muestra de su inquietud
por mostrar las cercanías entre estas músicas que se dan la mano con
frecuencia. Con un repertorio cuajado de seguidillas
parrandas, seguidillas peretas
que mezcló con seguiriyas, pardicas y seguidillas castellanas dejó clara la amplitud de este género de
canto, música y baile, muy extendido por toda la península. Dentro del género
de las tonadas, tuvo tiempo para los
cantos de trabajo, en forma de cantos de
siega y tonadas norteñas, que son
base de tonás y martinetes flamencos cuando se estilizan y aflamencan. La
amplia familia de los romances es otro de los más importantes caudales de
músicas que van y vienen de norte a sur, por caminos pastoriles como la ruta de
la plata, por donde muchas músicas romancísticas circularon siglos atrás. Hubo
tiempo para la jota, el género de
música popular más extendido en nuestro país que, en forma de alegría-jota, mostró dos caras de una
misma moneda, en la que hubo sitio
incluso para un rap. Terminaron con un clásico ya de Manuel Luna Desde Totana al Puerto Lumbreras. Se pidió un bis y fue concedido con la
canción La Morita cautiva y otro tema extra.
Hubo mucho aplauso, no fue para menos, ya que fue un
concierto entrañable el de Manuel Luna junto a la siempre acertada guitarra de José Antonio Aarnoutse y el buen
contrabajo de Pablo Orenes. La noche
acabó tarde, ya que nos quedamos unos cuantos, guitarra en mano, continuando la
fiesta. Se bailó, se tocó, se cantó y se bebió mucho vino.
Guillermo Castro