Raúl Micó
desgranó este viernes cante flamenco añejo. Este joven cantaor de voz afillá
tiene un metal de voz que sorprende por su complejidad de matices. Comenzó con
la canastera de su añorado Camarón de
la Isla para
pasar después a la bambera de la Niña de los Peines, dos
cantes que casi nadie interpreta y que son bien flamencos. Malagueña del Mellizo, tientos-tangos, taranto y taranta del cojo de Málaga, soleá
por bulerías, bulerías y fandangos fue el repertorio que pudimos
disfrutar anoche en un silencio absoluto del respetable, quien aplaudió a
rabiar el cante de Raúl y la buena guitarra de José Ferrándiz Tomson.
La noche se presentaba fría, pero estos dos artistas se
encargaron de hacernos entrar en calor por fuera y por dentro, agitando el
duende que llevamos dentro. Tras el recital, la magia que ellos crearon se
mantuvo hasta altas horas de la madrugada con el cante espontáneo y la guitarra
de los aficionados que no querían dejar que acabara la fiesta. Hubo cante y
guitarra de forma ininterrumpida hasta casi el amanecer. Por allí se dejó caer Antonio Mejías, quien nos regaló unos
momentos de cante inolvidables.
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