domingo, 30 de marzo de 2014

Cante grande


Jesús Castilla se parte el esternón cuando canta flamenco, y a ti te rompe el alma. Este cantaor de San Fernando tiene mucho duende en su voz, lo que añadido a su entrega en el buen hacer del cante hace que te remueva por dentro como pocos. Conoce además los cantes a fondo, incluido las últimas incorporaciones al abanico de cantes flamencos que Camarón y Morente nos legaron, algo que es de agradecer en estos tiempos en los que todo el mundo canta casi siempre lo mismo. Comenzó por alegrías de Cádiz para templarse después por martinetes y debla, con los que consiguió levantar al personal de las sillas por primera vez. Los tangos trajeron de nuevo el compás, con recuerdos de Morente y su famosa Estrella. Por bulerías se acordó de Panseco y por soleá se marcó unas buenas tandas por arriba y luego por medio en la guitarra que le puso Joselito de Pura, con su toque clásico al estilo de Morón. Su malagueña del Mellizo nos trajo los ecos de Rancapino, cantando los dos estilos del Mellizo, el corto y el largo, con la que se llevó doble ovación; y las sillas de adorno. Continuó con Fandangos, tientos en varios estilos que no trajeron los consabidos y tan frecuentes tangos salvo en el corto cierre final. Taranto y levantica supuso nueva ovación, cerrando con unas largas bulerías con tonos de su admirado Camarón de la Isla y unas patás por bulerías de su mujer que se subió a hacer un poco de compás y acabó bailando. 
Larga ovación final para Jesús Castilla y Joselito de Pura, que nos trajeron los mejores ecos de Cádiz a nuestra peña, en un extraordinario recital, de los mejores, que de nuevo mucha gente se perdió por no estar atentos. Allá ellos.

Guillermo Castro


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