sábado, 15 de agosto de 2015

Luces y sombras

Al hacerse público los elegidos por el jurado para pasar a la final del Concurso del LV Festival del Cante de las Minas nos vamos a permitir hacer un breve repaso de lo ocurrido hasta ahora. Lo primero es destacar el alto nivel en cante de esta edición y las dificultades que habrán tenido los miembros del jurado para tomar su decisión pero aun así no entendemos determinadas ausencias a cambio de otras presencias en la final. 
Meritorios son, a nuestro entender, el pase a la final de Antonio Mejías, Montse Pérez, María José Pérez y Rocío Luna. Pero el hecho de que no estén Filomena Auñón que viene de ganar Lo Ferro, Ana La Yiya, ganadora de nuestro último Concurso de Cante (1), y Bernardo Miranda nos produce cierta desazón y más cuando pasan a la final artistas de nulo recorrido a corto y medio plazo.
La misma desazón que nos produce la ausencia de la elegante Leonor Leal en la final de baile. Su actuación en la noche del viernes llena de sutileza (2) y expresividad con una base técnica impecable daba la posibilidad de premiar nuevos caminos del baile flamenco. Nos habría gustado verla competir con Alba Heredia para tener en una misma noche dos visiones tan contrastantes como alejadas de efectismos y fuegos de artificio. A recordar como Rocío Molina, premio Nacional de Danza, tampoco pasó a la final en la edición de 2006. Oportunidad perdida: el jurado tendrá sus motivos fundados aunque la razón no los entienda.
Sí estamos de acuerdo en la decisión de no pasar a la final a ningún guitarrista dejando por tanto desierto el premio Bordón Minero. Los participantes en las semifinales han sido entre buenos y medianos interpretes, pero la música ha estado ausente perdida entre alardes técnicos, en ocasiones fallidos, y juegos de manos. La técnica es importante pero habremos de incidir en la necesidad de crecimiento en el plano compositivo que debe tener un guitarrista flamenco centrándose en la innovación melódica, armónica y rítmica. Que miren a los antiguos y que miren también a Paco de Lucía, quienes aunaban ambas cosas.

Reflexión parecida hemos de hacer en relación al premio Filón Minero dedicada a instrumentistas flamencos de cuyos participantes sí pasan a la final Gautama del Campo y Alfonso Aroca. En ocasiones vemos que la aproximación que hacen es conservadora o falta de inspiración, dejando sin explorar las posibilidades técnicas y expresivas más extremas que el flamenco alienta y reclama y eso cuando no se dedican, y esto es lo más triste, a hacer una mera transcripción.

Bernardo Sáez




1. Además de Ana La Yiya participaron en las semifinales otros premiados de nuestro concurso como David Contreras “El Cardueli” y Julio Fajardo.

2. Incluso en el vestuario aunque esto parece que no se ha entendido/valorado

martes, 11 de agosto de 2015

El Pele y Capullo de Jerez: cante de altura


Cuando concurren varios artistas de fuerte personalidad en una misma sesión es importante determinar el orden de actuación para conseguir que el desarrollo del espectáculo mantenga un interés creciente. Es conocida la anécdota que cuenta Fernando de Triana en su libro Arte y Artistas Flamencos, Madrid, (1.935), referida a Antonio Chacón:

"Todos los notabilísimos artistas de la época de Chacón prescindieron de sus derechos de antigüedad y acordaron cantar por delante del fenómeno; así serian escuchados e indiscutíblemente aplaudidos, pues al terminar Chacón la primera sesión quedaba el salón completamente desalquilado de personal hasta que de nuevo comenzaba el público a concurrir para la sesión de madrugada; ésta terminaba a las cuatro de la mañana, que allí parecían las diez de la noche, y nadie se movía de su asiento hasta que Chacón terminaba, o mejor dicho, cerraba el espectáculo. Mientras esto ocurría el salón convertíase en nave de iglesia; con un silencio sepulcral, sólo interrumpido en algún tercio del cante, por la voz del gran Silverio, que nervioso y conmovido solía en voz baja murmurar a la vez que lloraba emocionado: ¡Qué bárbaro! ¡Qué bárbaro!."

Nadie abandonó el abarrotado Mercado de La Unión en el transcurso de la gala que reunió en una misma noche a Manuel Moreno, El Pele y a Miguel Flores, Capullo de Jerez pero sí se produjo la sensación de que el orden no era el adecuado.

El comienzo lírico de la guitarra de Patrocinio hijo para la Zambra con la que comenzó El Pele y la posterior Soleá, marca de la casa, ya dejaron a las claras el momento dulce en el que se encuentra su voz, de timbre imponente, y su cabeza, siempre al mando de lo que ocurría sobre el escenario. Cantando de pie, lo que le permitía desplazarse y mover los brazos acentuando los giros de su voz, consiguió en un instante subir el listón del cante a gran altura sentando cátedra de cantaor histórico. Desgranó Seguiriyas con un impresionante cambio de cierre, Malagueñas de Chacón, Alegrías y Fandangos y el público respondió con intensidad y generosidad a todas las interpretaciones consciente del momento irrepetible que estaban viviendo. Sus obligados Tangos "Vengo del Moro", fueron el relajante final a la tensión acumulada en su recital tras lo que se despidió, prometiendo volver. Largos e intensos aplausos de despedida, con el público unánimemente puesto en pie, despidieron a El Pele.
Foto cortesía de Gabriel Maldonado
Y en esto salió al escenario un voluntarioso Capullo de Jerez con ganas de "montarla" como siempre. Acompañado por su inseparable Niño Jero comenzó tratando de jugar en el terreno que había dejado El Pele, primero con una Bulería por solea y luego por Seguiriyas, pero el listón se había quedado demasiado alto y ni con los esfuerzos de expresividad, en ocasiones excesivamente nerviosos, consiguió alcanzarlo. Continuó en este camino de cante visceral por Fandangos e incluso por Martinetes pero su canto excesivamente gritado y poco elaborado no acababa de conmover al público. Ni siquiera la parte festera que rápidamente acometió, con Tangos, Bulerías, y Fandangos por bulerías, encauzó la respuesta de buena parte de los asistentes a los extremos vividos con El Pele. El consabido fin de fiesta por bulerías, con pataíta incluida, puso fin a la actuación de Capullo de Jerez.

El público aplaudió puesto en pie, pero sin moverse de su sitio, esperando algún final conjunto que el comentario de El Pele, seguramente simbólico, parecía prometer. Gran noche de cante en suma, en la que se demostró que a veces el orden de los factores sí altera el producto.

Bernardo Sáez

domingo, 9 de agosto de 2015

Voces, Sara Baras de nuevo en La Unión

Sara Baras homenajea a seis grandes artistas fundamentales en la historia del flamenco en su nueva creación escénica Voces. De nuevo La Unión, por tercera vez en cuatro años, recibe a Sara, quien tira de parte de trabajo de otros montajes escénicos y mudanzas anteriores para este nuevo montaje. Paco de Lucía, Camarón de la Isla, Enrique Morente, Carmen Amaya, Antonio Gades y Moraíto Chico sirven de excusa para el baile de la Baras, quien por medio de las voces y algunas de las músicas y palos mas significativos de estos artistas desgrana un extenso y contundente espectáculo donde destaca el taconeo, sobre todo el suyo, y las coreografías del cuerpo de baile. Con un cuidado y sencillo montaje escénico, las seis figuras del cante, baile y la guitarra presiden la escena en la que transcurre nuestra historia. Hablan Paco, Enrique, Camarón… en fragmentos tomados de entrevistas conocidas por todos donde expresan sus inquietudes sobre el flamenco, cómo sienten y cómo entienden el arte al que han dedicado su vida; y baila Sara poniendo el cuerpo que resucita el alma de todos ellos en forma de canción de amor para Paco, cartagenera para Camarón, farruca para Gades, soleá por bulerías para Moraíto, bulerías para Carmen, tientos-tangos para Morente... Se acompañó del bailaor José Serrano, tanto a solo como en algunas de las coreografías, y el cuerpo de baile hizo de nexo y diálogo entre todos ellos, con bonitas y trabajadas coreografías.
Aparte de los clásicos palos flamencos, pudimos escuchar algunas partes de aire más moderno, como la música de aire techno por seguiriyas que unió a Paco con Camarón, una adaptación de la famosa Habanera de Iradier que tomara Bizet para su ópera Carmen y un tradicional y bello romance de Gerineldo a la forma de Los Puertos. Destacamos sobre todo el número de la farruca dedicado al maestro Gades, las coreografías del cuerpo de baile, las voces de los tres cantaores Rubio de PrunaMiguel Rosendo e Israel Fernández, la guitarra y la música de Keko Baldomero, el saxo de Tim Ries, el trabajo de luces y el cuidado sonido. Hoy sí escuchamos bien el taconeo, será porque Sara lleva sus propios técnicos y cuida estos aspectos al máximo detalle. Se agradece. 

Guillermo Castro

A la estela de Enrique


Estrella Morente sigue tirando del legado de su padre para mantener el tipo en un concierto en el que faltó el pellizco de verdad en el repertorio plenamente flamenco.
Con un aforo que había colgado el cartel de “completo”, Estrella salió al escenario con la guitarra de Alfredo Lagos, uno de los colaboradores de la noche, quien le acompañó de forma deliciosa en unas alegrías al modo antiguo: rápidas y sin artificio en el cante, donde la cantaora se acordó de la figura de Pastora Pavón “La Niña de los Peines”. Israel Galván, quien estaba anunciado como “artista invitado” nos regaló un baile por seguiriyas en el que Estrella cantó la famosa seguiriya que nos legó su padre en la película “Flamenco” de Saura. Alfredo Lagos retomó el papel de Cañizares en la guitarra, con una afinación que aportaba el tono profundo y moderno que requiere el baile de Galván, introduciendo de forma entrecortada la cadencia del estilo, meciendo las mudanzas del bailaor. Hasta aquí una primera parte interesante.
Fotografía: Gabriel Maldonado
Por malagueñas a compás se arrancó Estrella con el grupo al completo: Montoyita y Monti a la guitarra, José Enrique Morente, Antonio Carbonell y Pedro Gabarre a las palmas y coros, y Popo Gabarre a la percusión, ya sin Alfredo Lagos ni Israel Galván, con las famosas letras que todos recordamos en la voz de grandes cantaores, entre ellos su padre: “Un sereno se dormía…”, “Quiero vivir en Granada”, “Plaza de los Herradores…”, aunque con poca o ninguna variedad melódica en las tres. Soleares en aire por bulerías, rápidas, nos trajo de nuevo los ecos cantaores de su padre, del que no parece poder escapar la artista granadina… pero no es lo mismo. Igual en los tientos. Tampoco nos gustó mucho en los aires de levante, donde los tercios entrecortados en la voz no son lo propio de estos estilos, cerrando el último de los cantes de forma hablada. De nuevo la figura de Pastora Pavón apareció en las seguiriyas, permitiéndose luego un descanso mientras el grupo desgranó unas bonitas bulerías en las que destacó Monti. Más Enrique Morente en el polo y soleares que grabara en “Sueña la Alhambra” y por fin un cambio que agradecimos: unas sevillanas en las que se acordó de Lola Flores, en el baile también, de Manolo Caracol y Antonio Flores. En estos estilos se mueve mejor Estrella, más suelta y segura, igual que en la canción por bulerías de después.

Israel Galván y Alfredo Lagos salieron para cerrar el recital con un taranto algo improvisado montado sobre el tema de Enrique Tic Tac del disco “El pequeño reloj”. Los aplausos de un público entregado obligaron a un bis, en el que, a modo de ronda de martinetes, se cantó por tarantos acabando de forma coral, emulando de nuevo el concepto estético de los conciertos de Enrique Morente.

Casi dos horas de espectáculo en el que faltó iluminación, sobre todo en el baile, y eso que estaba en primera fila. Tampoco hubo un buen trabajo de luces en el resto. Si bien el sonido fue bueno en general, la reverberación en la voz de Estrella fue excesiva; está bien adornar y alargar un poco la caída de la voz, pero lo que ayer se escuchó fue de mal gusto, los técnicos deberían de darse cuenta de esto nada más comenzar el concierto. Poco se oye el taconeo en el Mercado de la Unión, algo a mejorar.

Guillermo Castro

viernes, 7 de agosto de 2015

Noche de pregón en el Cante de las Minas

Ayer jueves 6 de agosto puede decirse que dio comienzo la actividad flamenca en el escenario del Mercado de La Unión, dentro del la programación del LV Festival Internacional del Cante de las Minas. Tras los interesantes actos de la programación cultural en la Casa del Piñón el público llenó casi por completo el Mercado, aunque a medida que se fueron sucediendo las actuaciones el público fue abandonando el recinto. Estrella Morente fue la encargada de realizar el pregón inaugural, cantando por mineras con la guitarra de su tío Montoyita e intercalando su discurso con varios cantes más: cartageneras y tarantas. No empezó mal, pero la cosa se fue torciendo cuando al finalizar uno de los cantes y volver al discurso, extravió alguna de las páginas que tenía preparadas, no siendo capaz de recuperar el hilo, medio improvisando un final tirando del efecto emotivo en sus palabras, del recuerdo de las vivencias de su padre con el pueblo y las gentes de La Unión, y de más cante. Tampoco su tío estuvo muy acertado en el toque.

La gala del jueves estuvo dedicada a los vencedores de la pasada edición, donde Antonio Moreno (Filón) desgranó filigranas flamencas en su marimba y percusión, con Soleares, Taranta y abandolao, Zambra y Bulerías, acompañando el cante de Juan José Amador. David Lagos (Lámpara Minera), en la mejor intervención de la noche, se hizo acompañar de su hermano Alfredo en Tientos-Tangos, Minera y Cartagenera, Seguiriyas y Alegrías. José Tomás Jiménez (Bordón Minero), guitarrista de toque enérgico y muy virtuoso interpretó Taranta, Alegrías, Soleá por bulerías y Bulerías. Cerró la actuación el bailaor Juan A. Fernández “Barullo” (Desplante) con un taranto donde faltó la elegancia y sobró mucho taconeo y paseo, cerrando el espectáculo por soleá. 


Guillermo Castro