domingo, 28 de marzo de 2021

FLAMENQUIA, Por tierras del sur


Flamenquia es un trío de flamenco fusión liderado por Antonio Tornel que tiene al piano como protagonista central y conductor de una sorprendente creatividad. Unen los sonidos hondos del flamenco tradicional con otras músicas, heredando sonidos de grandes pianistas flamencos como Dorantes o Pablo Rubén Maldonado, los cuales han sido maestros del compositor de los temas. La incorporación al proyecto de dos músicos reconocidos en el terreno del flamenco, Ginés Martínez a la flauta travesera y Pepe Abellán a la percusión, culmina un proceso de cambio estético y estilístico al que llaman Por Tierras del Sur, espectáculo concebido como un viaje sonoro, que recoge todas aquellas influencias, sonidos, melodías, armonías que a lo largo de los siglos hemos heredado de las diferentes culturas que han ido pasando por la península. Estuvieron el pasado sábado en Murcia Flamenca y nos brindaron un recital que gustó mucho y que pasamos a reseñar.



El espectáculo se estructuró en tres bloques diferenciados por dos  interludios. Comenzó el primer bloque con un preludio por malagueñas teniendo a la flauta como protagonista y al piano acompañando. Tras ellas, se enlazó con El filo de la noche, una bulería en la que destaca su cambio a soleá por bulerías en la parte central del tema. Siguieron con Aroma de azahar, un fandango que comenzó marcando el percusionista el compás con los nudillos, simulando el toque en una mesa. Esta pieza destaca por una melodía clara y pegadiza, además del fandango final interpretado por Ginés Martínez. Tras el fandango, llegó el turno de Gaditana al viento, una pieza libre en donde se mezclan diferentes estilos para crear un ambiente mediterráneo, sin perder nunca de vista el aroma y los aires sureños.

Tras un primer interludio en donde el percusionista Pepe Abellán realizó una parte solista, llegó el turno de El puente de Triana, una pieza descriptiva sobre la ciudad hispalense, en donde se pudieron identificar alegrías, rumbas, tangos y partes libres. Tras este tema, los dos siguientes estuvieron dedicados a la ciudad de Granada. Es la parte del repertorio más arabesca, en donde, tras una pieza llamada Recuerdo flamenco en aire de tangos, pasaron a vislumbrar la siempre bella y maravillosa Alhambra, a través de una pieza altamente descriptiva, que comienza con unos arpegios en los agudos del piano, simulando las fuentes de los distintos jardines del conjunto monumental. La percusión también ayudó a esta evocación creando efectos muy sugerentes y llamativos. 

Llegó la parte más emotiva del concierto. El segundo interludio estuvo dedicado a la seguiriya, una magistral pieza tocada en flauta y percusión, compuesta y dedicada al trío por el compositor murciano Salvador Martínez. Siguiendo con la atmosfera de emoción creada, llegó el momento del estreno en exclusiva de una nueva pieza, una taranta para piano que dedicaron a todos los que ya no están con nosotros, pero que viven en nuestros corazones. Tras la taranta se acercaba el final del viaje. Se interpretó Duende, un tema que fusiona muchos estilos, comenzando por fandangos, pero recorriendo estilos como el funk, el jazz y la música clásica. En este tema se percibe la fuerte influencia que el célebre pianista flamenco Dorantes ejerce en la composición de los temas, destacado en los patrones de acompañamiento del piano y de algunas frases melódicas del tema. Tras Duende, el trío quiso tener un detalle con el público, obsequiando a este con una versión libre del tema Semblanzas de un río, del mismo Dorantes

Tras un agradecimiento a La Madriguera, a Murcia flamenca y al técnico de sonido Alex Jiménez por su gran labor, se despidieron con Barrio de la judería, un tema que comienza con una parte libre de piano y que va desgranándose poco a poco hasta convertirse en unos tanguillos. Tras pasar por varios estilos más, el tema vuelva a tanguillos y concluye con un brillante final que puso en pie al público. 


domingo, 14 de marzo de 2021

Manuel Fernández “Borrico” y Ramón Trujillo: Jerez en estado puro

Este sábado hemos tenido en nuestra peña a Manuel Fernández “Borrico De Jerez”, nieto de Tío Gregorio El Borrico de Jerez y sobrino de María La Burra, familia directa de Terremoto, los Sordera, los Parrilla, los Moraos, los Zambos y un largo etc. Pero no queda ahí la cosa, porque por parte materna toca la rama de los Carrasco, familia de los Jero, tocaores de Jerez, tío Diego Carrasco, Fernando y Curro de la Morena, casi ná. Su estilo, basado en su tradición familiar, atesora una impronta personal y única.  Su cante es el cante gitano de Jerez. 

Vino acompañado de Ramón Trujillo, primer premio Giraldillo del toque en la Bienal de Sevilla de 1990 y el de la Peña Los Cernícalos el mismo año. Ramón tiene grabaciones con Camarón de la Isla, Alejandro Sanz, María Jiménez, Pepe de Lucía, Tomasa La Macanita, María del Monte, Niña Pastori, Diego Carrasco, Lole y Manuel, Remedios Amaya, Alba Molina y un sinfín de artistas más. Ha tocado con Michael Jackson, Capullo de Jerez, Terremoto Hijo, Perro de Paterna, Parrita, Enrique el Zambo, Chiquetete, Malú, David de María o Turronero y ha formado parte durante 3 años del ballet de Mario Maya. 

Comenzó Manuel Fernández acordándose de Manuel Soto Barea “El Bo” de Jerez, recientemente fallecido, y de todos los artistas que se ha llevado la pandemia. Lo hizo por martinetes, donde ya dejó la marca de la casa Jerez: cante recortao, profundo y expresivo, con metales de voz que nos traían los ecos de su abuelo Tío Borrico de Jerez, Agujetas, los Torre… de Cádiz pasó por las alegrías, con el toque ya de la sonanta de Ramón Trujillo quien le brindó un toque a la medida de la voz de Manuel, muy rítmico y con falsetas de gran encanto. Varios tarantos de corte muy gitano, fueron culminados con cartagenera, con un toque personalísimo de Ramón, trémolos y falsetas que parecían surgir de la boca de la mina. Ramón es un guitarrista que sabe estar donde hay que estar, no estorba, y luce donde sabe que puede y debe. 

Tientos de puro sabor jerezano en la voz de Manuel, que se siente en su salsa en este estilo, sacando esos sonidos negros de los que hablaba Lorca, con esa voz que cuando parece que se va a terminar el tercio pega una subida que te eriza la piel y te deja sin aire. Cierre por tangos, con un toque muy moruno en la guitarra de Ramón y un recuerdo de Camarón en la voz de Manuel: “señor alcalde mayor…”, con final arrumbao. Por soleá es donde más sale a relucir la influencia de su abuelo, tanto en el color de su voz, como en la forma de hacer los tercios del cante.  Se acordó de su tío Fernando de la Morena haciendo unos cantes de trilla, muy bonitos, pasando a las seguiriyas, uno de los puntales del cante jerezano y del cante gitano, donde se mide la fuerza de un cantaor y donde Manuel demostró la casta que tiene. Varios fandangos, el último rematado de pie, dieron paso al final por bulerías, ¡puro Jerez!, con el cante de Manuel, que se dio su pataíta, y el toque preciso de Ramón, una gozada. 

Los largos aplausos los hicieron salir de nuevo  a un saludo final en el que el propio Ramón se fue bailando junto a Manuel, despidiéndose del público de nuestra peña, que contó con la presencia de varios artistas, la cantaora Raquel Cantero, el cantaor Francisco Pedro Severo, el guitarrista Antonio Muñoz, y amigos de la peña flamenca de Cartagena, que esperemos pronto puedan reanudar su programación. 

Guillermo Castro

domingo, 7 de marzo de 2021

Jesús Castilla llena de duende Murcia Flamenca

Si Lorca hubiera estado el pasado sábado en Murcia Flamenca habría salido lleno de duende, todo el que nos trajo Jesús Castilla desde la Isla de San Fernando, Cádiz, que fue mucho. Ocurre de vez en cuando que el cante se presenta sin artificios, directo y natural. Y se nota que el público está atento, concentrado en los tercios del cante, en las cadencias, en las subidas de la voz, en el silencio sepulcral que causa la voz de Jesús cuando desgrana esas notas flamencas que causan tanto impacto. Eso pasó ayer. Se lo dice uno que es muy crítico y que suele aburrirse con facilidad sino hay buena madera. Ayer sí, ayer palosanto y ébano en dosis muy generosas para todos; y sal, y gracia, y pena y emoción.


Jesús comenzó templando la voz por alegrías, ese palo tan gaditano que a todos gusta y que nos trajo esos aromas de la bahía de Cádiz que tanto añoramos, pasando a una sensacional malagueña del Mellizo, otro cante gaditano, rematado con la malagueña de la Peñaranda. Por soleá demuestra tener un dominio del compás envidiable. Estira el cante a placer y cierra los tercios elegantemente después de haber hecho sus melismas bien medidos. Sube y baja la tensión del cante y con ello nos emociona, con ese pellizco tan especial que te eriza la piel. La guitarra de Niño Manuel, de altura oiga. En su sitio y meciendo bien el cante por soleá de Jesús. 

Tangos, otro palo gaditano que Jesús domina con perfección y sabiduría nos llevó en volandas a los aires levantinos, con una preciosa minera y levantica, sin exagerar los tercios, como nos gusta a nosotros. Por bulerías, inmenso; largo, muy largo, de lo mejor de la noche, como la guitarra. Cerró el recital por fandangosmuy epatantes, arrancando el largo aplauso final otra tanda de bulerías con las que se despidió del público murciano que ya le está echando de menos. 

Guillermo Castro