lunes, 14 de mayo de 2012

Y de nuevo se nos hizo de día...




El primer evento de la programación de la peña flamenca fue todo un éxito. Abrió la velada Francisco Béjar, que con su hermoso documental  Flamenco Pájaros nos hizo volar a todos con manos de libertad flamenca.

Guillermo Castro continuó con su rabel morisco a ritmo de bulería, donde los versos del romance de La loba parda se transformaban en nuevos cantos flamencos a compás, cantos sacados de la Cañada Real Leonesa, de la antigua Vía de la Plata, del ancestro popular que nos lleva a un pasado no tan lejano, pero que ya nos parece irremediablemente perdido.  

El plato fuerte de la noche llegó con José Antonio Gil, “EL POLVORA” al cante, y José Ricardo,”EL TXINGURRI” a la guitarra, que hicieron un largo repaso por cantes de la vieja escuela: martinetes, soleares, tientos tangos, soleá por bulerías, fandangos…todo el flamenco más clásico condensado en grandes dosis de emotividad y buen gusto. 





Pero no quedó ahí la cosa, porque tras ellos llegó el turno de los espontáneos: Pedro Peñalver saltó al ruedo por serranas, y con la guitarra de Paco Frutos nos dejó a todos “helaos”, tremendo; también en las peteneras arrancó fuertes aplausos del respetable.

Juan José Franco se animó poco después con la Malagueña de Baldomero Pacheco rematada con la Jabera, que un recién llegado Blas Alfonso supo acompañar con acierto en la guitarra, y en la Soleá de Alcalá bordó unas falsetas que hizo emocionar a todos los asistentes. 

Los Fandangos y la Minera cerraron la maravillosa velada dentro del Ateneo, pero la despedida se convirtió en una nueva dosis de cante flamenco fuera del local. Paco Frutos, guitarra en ristre, retomó el cante y el toque flamenco junto a los limoneros, mientras la noche cerrada ya rozaba las tres de la madrugada y las estrellas recibían su pequeña dosis de arte con algún que otro cuplé por bulerías.


¡Y todavía quedaba más! Para no perder la costumbre, la casa de alguno de los asistentes sirvió de local improvisado ¡y continuó el cante!, Paco Frutos desplegó todo su repertorio y cantamos y bailamos todos por rumbas hasta que se hizo de día. El presi se arrancó acompañando a la guitarra unas malagueñas al Frutos que nos puso a todos los pelos de punta, y nos fuimos a comprar unos churros ya de día; luego café, y a la playa con la guitarra y la sombrilla, donde acabamos los cinco magníficos cantando bajo el sol con el mar de escenario…cosas de la peña…cosas del flamenco.


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