domingo, 24 de marzo de 2013

No estuvo en nuestra peña, ni tocó flamenco, ¡pero qué demonios!, hay que hablar de él.



Chano Domínguez estuvo en la Puerta Falsa el viernes por la noche donde dio un emotivo recital de piano Jazz que dedicó al recientemente fallecido y también pianista Bebo Valdés.

El mérito de este gaditano es enorme, porque desde hace años la idea de utilizar el flamenco como fuente de inspiración para su música, el Jazz, ha hecho que otros pianistas se hayan sumado a su propuesta, aunque nadie con la sutileza ni el conocimiento que este pianista autodidacta demuestra en cada concierto o trabajo discográfico. Deberían tomar buena nota los que quieran afrontar el reto musical que supone la fusión de ambas músicas, o cuanto menos el enriquecimiento del flamenco, que requiere de un amplio conocimiento musical no solo del flamenco, sino de la música en sí misma: ritmos, melodías, armonías, estructuras, etc. en definitiva, la esencia musical que subyace por debajo de todas las músicas, algo que no está al alcance de todos. Está claro que Chano sabe lo que hace y deja el listón muy alto para las nuevas generaciones.

El concierto estuvo dividido en dos partes, una primera exclusivamente de Jazz, y una segunda donde pudieron dislumbrarse destellos de alegrías, bulerías y una “tarara” que fue coreada por el público de la sala con gran entusiasmo.

No se llenó el local, cosa que nos extrañó, quizás el no haber publicitado el evento en los medios habituales hizo que asistieran solo los más “enteraos”, que se encontraron con un regalo en forma de racimos de notas musicales que entraron por todos los poros de la piel, abiertos de par en par, al menos los míos, en esta primavera que ya llegó. Los que no se enteraron no saben lo que se perdieron.

Irrepetible.

Guillermo Castro


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