Una voz es una voz

Y lo vimos la noche del 8 de marzo en la Peña Flamenca Los Pájaros. A Vanessa López Teba "La Grina" la habíamos escuchado tímidamente en algún trasnoche de la peña y también en su participación en nuestro concurso de cante, pero lo del viernes fue un auténtico bautismo de fuego. Casi hora y media de cante, sin apenas concesiones, que en la voz aterciopelada de Vanessa se hizo corta: malagueñas, tientos, granaínas, fandangos, cartageneras y bulerías fueron surgiendo con el acompañamiento medido y en un certero segundo plano de Enrique Larrosa "El Chispita" que en ningún momento quiso quitar protagonismo a lo importante: la voz que desgrana un cante. Y es que la voz de Vanessa es un descubrimiento: serena, pausada, en ocasiones leve, pero siempre expresiva para alguien que lleva poco tiempo en esto del flamenco. Una voz limpia, afinada y con un importante registro medio que el tiempo le permitirá ampliar y desarrollar. La ausencia de amplificación, marca de la casa, se hizo virtud y el silencio permitió llegar a los últimos matices.