El interesante curso Conocer el Flamenco. Historia, tradición y cultura que organizamos
en colaboración con la Universidad de Murcia está trayendo buenos artistas a
Murcia Flamenca. Eusebio Rioja nos
ilustró en el Aula Antonio Soler de la Universidad sobre los principios del
toque flamenco y los antecedentes históricos que tenemos sobre la sonanta.
Ramón Montoya como tema central de su genial ponencia se perfila como figura
imprescindible en la historia de este instrumento por sus aportaciones como
solista de guitarra y en el acompañamiento al cante junto al maestro Don
Antonio Chacón, con el que fija tonos y formas de acompañamiento novedosas.
La ilustración musical de esta conferencia
tenía en el malagueño Francisco Fernández Doblas Curro de María su
complemento artístico. La actuación tuvo lugar en el local de Murcia Flamenca
donde abrió su recital con unas fantásticas malagueñas, toque libre que supo
enriquecer con abiertas armonías a la guitarra y un brillante trémolo; cerró a
la antigua, a compás. Guajiras dieron paso al siguiente toque; atrevido por las
armonías que aplicó al estilo venido de Cuba, con mucho juego en el registro
grave de la guitarra y glissandi juguetones que aplicó al bordón con libertad.
Su taranta nos hizo sentir que la guitarra hablaba, en soledad, en oscuro. Los
ligados de la mano izquierda son envidiables y sus registros armónicos muy libres,
bonitos y profundos; también tuvo su trémolo. Las alegrías nos devolvieron la
sonrisa con un toque dinámico, bien acompasado, con sus escobillas y alzapúa de
pulgar, como debe ser. No se limita Curro a lo de siempre, enriquece con mucho
el toque tradicional con cosas de su cosecha. Pasodoble español trajo el
momento castizo de la noche, pieza de estreno que brindó al público, muy
moderna y atrevida, aunque corta. Cerró su concierto con un toque por bulerías
donde pudimos escuchar el famoso vito,
armonizado de forma novedosa, reinventado.
No es fácil eso de tocar la guitarra a solo,
nada fácil. A él no pareció importarle, y a nosotros nos encantó su forma de
acariciar la guitarra, con un toque limpio, bonito y expresivo, algo que no es
fácil encontrar en los guitarristas actuales, más dados a las piruetas y lo
artificioso. Otro triunfo en Murcia Flamenca. Guillermo Castro.
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