domingo, 15 de junio de 2014

Color Flamenco


José Antonio Sánchez Aarnoutse, guitarra y Enrique González, percusión, nos hicieron disfrutar la noche del sábado de un bonito concierto donde el flamenco fue el eje principal sobre el cual giraron los temas que forman parte su repertorio, aunque sin ser exclusivamente todo flamenco. Ambos músicos de sólida formación académica dominan sus instrumentos a la perfección, algo que se nota en su limpieza de sonido, ejecución musical y tipo de repertorio interpretado, en el cual abundan piezas de un virtuosismo no al alcance de muchos. Durante el concierto se entremezclaron composiciones propias con algunas piezas del repertorio de guitarra clásica interpretadas sobre palos flamencos, y alguna adaptación de temas de guitarristas importantes en la historia del flamenco.


Abrió el concierto José Antonio con Luna de Barranda, una taranta de composición personal, muy bella y de una gran profundidad. La adaptación de La comparsa de Ernesto Lecuona ya contó con la percusión de Enrique, tema que nos incitó al baile por su rítmica. Al niño Miguel, unos fandangos de Huelva del maestro Riqueni y una adaptación por bulerías de una composición de Angel Barrios fueron dos temas para guitarra de alto calibre que brillaron en las manos de José. Llegó el turno de Brazos y Bulería de África, dos temas de la antigua etapa de José en la “Banda del Pepo”. La música de Vicente Amigo hizo aparición con Vivencias imaginadas, un fantástico zapateado de compleja ejecución que José Antonio solventó con aparente facilidad, con un toque limpio y suave; envidiable. La música del baterista Jack de Johnette se materializó en un bello tema, sugerente, de sonoridades abiertas y etéreas. Una nueva composición de José Antonio Aarnoutse completó el repertorio personal y se cerró con españoletas y canarios, piezas de guitarra barroca de Gaspar Sanz que nos trajeron los ecos de la música que fue, en parte, la base de la guitarra flamenca que estaría por surgir en tiempos futuros. La percusión no se limitó únicamente al sonido clásico del flamenco con el cajón; pudimos disfrutar de un colorido más amplio, debido a la utilización de instrumentos poco frecuentes como la Tabla India, la darbuka, el djembé o el Riq. Un placer para nuestros oídos.
Guillermo Castro

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