sábado, 24 de febrero de 2018

Al abrigo de la noche. Presentación del disco “El arte del encuentro” de José. A. Aarnoutse




José Antonio Aarnoutse acostumbra a tocar siempre muy bien la guitarra. Ayer no fue menos. Presentaba su nuevo disco “El arte del encuentro” en La Madriguera, en una noche fría que él se encargó de calentar por medio de abrazos sonoros de esos que calientan el alma.
En este tipo de conciertos es donde se ve que no hay trampa ni cartón. En unos tiempos donde el retoque digital hace florituras cuando se graba un disco, te encuentras a veces que lo escuchado no coincide ni por asomo al producto adquirido en soporte físico. Aquí es al revés, el directo te transporta a otros paisajes que nunca encontrarás en un disco. Fue una gran noche donde el público gozo largamente con un recital de casi 75 minutos donde se mezcló lo flamenco con lo bolero y el jazz.
Comenzó solo, con un toque moderno de soleá de armonías abiertas y sugerentes llamada Villa el molino, marcando la tónica que sería seña de todo el concierto, dulzura, limpieza y calidad en la composición. Su amplia formación musical le permite ir y venir de unas músicas a otras sin perder la esencia de cada una de ellas, sin que quede anecdótico, sin que sea falso. La ausencia del cantaor Agustín Garnés por causa de fuerza mayor fue suplida por Paco Frutos, quien valiente aceptó el reto de subirse a las tablas para brindar unas pinceladas de cante, con un bonito bolero: Historia de un amor, que no había sido ensayado pero que supo a gloria, ya con el acompañamiento de resto del grupo, Jesús Gea al contrabajo y Enrique González a la percusión, sublimesPor una sonrisa, zapateado, nos trajo la música vibrante de un toque de rítmica compleja, donde muchos dan al traste al marcar el compás de forma inadecuada. Cambio de tercio con un tema muy de la onda del cool-jazz de los años sesenta, donde Miles Davis y John Coltrane jugaban en las armonías, melodías, y colores de la guitarra, contrabajo y percusión, en una versión de un tema del baterista Jack DeJohnetteSilver Hollow, y Path Metheny. Una auténtica delicia.
Vuelta al flamenco en una gran buleríaVida y color, piedra de toque de cualquier guitarrista flamenco que se precie, y que voló en los dedos de Aarnoutse. Gran sorpresa la de Manolo Luna, quien fue invitado a entonar un bello y nostálgico romance “Manolo Mío” a la guitarra desnuda de AarnoutseNuevo tema instrumental Divagando y otro bolero, La Comparsa, nos llevó de nuevo a Cuba, en una interpretación instrumental en trío de gran fuerza emotiva. Soleá por bulerías nos trajo de nuevo a Paco Frutos, quien toreó con acierto en una difícil plaza flamenca. Bulerías de África incorporó una nueva incorporación en la percusión, su amigo Diego López, de la Banda del Pepo, otro de los proyectos donde trabaja este completo guitarrista.


El tema de cierreVeleta, no fue tal ya que era evidente que había más, Abrazo y Camino a la Algameca, emblemático lugar cartagenero llamado “La pequeña Sanghai” por sus viviendas improvisadas en una rambla que da al mar y que es motivo de polémica por el debate sobre su desmantelamiento o por la declaración de Bien de Interés Cultural. Ya veremos. Los temas fueron enlazados como si fuera uno, y así despidieron una noche redonda de arte y filigrana.
Guillermo Castro
                                             




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