Por todos es sabido la importante cantera de baile que hay en Sevilla, podríamos decir que es actualmente la capital de baile flamenco. Bueno, lo ha sido siempre, si nos atenemos a la historia de los dos últimos siglos, cuando la bolera Amparo Álvarez Rodríguez “La Campanera” (1828-1895) deleitaba con sus mudanzas a los sevillanos. Son muchos los artistas que se forman en sus escuelas, tablaos, academias, conservatorios… Gloria del Rosario es también sevillana, y nos trajo el pasado viernes las mejores esencias de esta escuela de baile, pura elegancia, justeza, sensualidad, coqueteo… todo en uno.
Gloria inició sus estudios en el Conservatorio Profesional Antonio Ruiz Soler en Sevilla, con 12 años. Con 21 años es seleccionada en el Centro Andaluz de Danza para formarse con maestros como Rubén Olmo (actual director del Ballet Nacional de España), Rocío Coral, Ana María Bueno y Miguel Ángel Corbacho. Ha estado en la compañía del Ballet Flamenco de Andalucía bajo la dirección de Rafael Estévez y Valeriano Paños, y continuó bajo la dirección de Úrsula López. En 2014 obtuvo el primer premio de la Federación provincial de entidades flamencas y en 2015 logra el reconocimiento de “El Madroño Flamenco” en Montellano. Actualmente pertenece a la compañía de Patricia Guerrero (Premio Nacional de danza 2021), además de trabajar en números tablaos y Festivales flamencos.
Comenzó la gala el cantaor Miguel Fernández, con un aire de zambra, arropándose de la guitarra de Antonio Moreno, dos alicantinos de buen hacer flamenco que serían el complemento perfecto para el baile de Gloria. Tras el cante, Antonio continuó con un vertiginoso solo por bulerías con falsetas de Paco de Lucía y guiños a Diego del Gastor, dando paso a un magnífico baile por alegrías. Bata de cola y mantón fueron movidos con maestría por Gloria, una maravilla ver su dominio en el manejo de la bata, su forma de pasearse por el escenario, con elegancia, bien puesta, giros y vueltas de todo tipo adornadas con su braceo y complementado con sus escobillas y zapateados, puro Sevilla. Gran ovación.
Y el Taranto, cómo no, en esta tierra minera, uno de los bailes más jondos. Gloria lo borda. Salió con chaquetilla luminosa de lentejuelas y bordados, inspirada en la gran Carmen Amaya, primera creadora de este baile profundo, y nos dejó sobrecogidos a todos. Gloria tiene un gran dominio del taconeo, del movimiento del cuerpo, de la escena y la expresión. Una delicia su baile y muy bonito el diálogo con el cantaor, ayudándose una y otro en el desarrollo artístico de la coreografía. Otra ovación.
Se fueron con el consabido fin de fiesta, todos ya en pie, el público también, emocionados y contentos.
Guillermo Castro
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